Aunque la mayoría huyeron de personas refugiadas huyeron Uganda, hay personas provenientes de diferentes nacionalidades de la Región, y todas han sufrido persecuciones, discriminaciones y violencia a causa de su identidad sexual o de género. En medio de toda esa violencia y rechazo a su propia identidad, las personas refugiadas LGBTI pudieron celebrar y abrazar su diversidad y expresar libremente quiénes son y cómo se sienten. Lo hicieron durante lo que fue el primer orgullo celebrado en un campo de personas refugiadas, el pasado 15 de junio de 2018. Esta oportunidad, que llegó a pesar de las amenazas y la negativa de gran parte del campo de Kakuma, fue posible gracias al trabajo del grupo de apoyo Rainbow Flag. Mbazira Moses, refugiado ugandés de 25 años, que huyó de su país natal en 2016 tras varios arrestos y violencias, fue el principal impulsor del orgullo. Evidentemente sufrió diversas amenazas y homofobias durante, e incluso después de la organización del evento. Sin embargo, su deseo de crear un espacio pleno de libertad de expresión y de aceptación, superó cualquier otro obstáculo.
La celebración del orgullo, al que acudieron unas 600 personas, contó con la presencia de representantes de las Naciones Unidas y miembros del gobierno keniata. Comenzó con un partido de fútbol, y se celebró además un fashion show por parte de las personas refugiadas trans y un desfile. Las fuerzas de seguridad consiguieron controlar, en cierta medida, a aquellas personas que se oponían a la celebración, y que mostraban su desagrado escupiendo o gritando al grupo. Sin embargo, a pesar del esfuerzo, una persona trans y una lesbiana fueron agredidas; la primera debió acudir al hospital por los golpes que recibió en el estómago y la segunda acabó con varias heridas.
Incluso tras estos altercados Mbazira Moses comentó en una entrevista realizada por gaystarnews que estaba contento y agradecido por cómo el primer orgullo en Kakuma se había desarrollado. Y así se sentía porque pese a todo lo que se oponía a aquella primera celebración de la diversidad, consiguieron llevarla a cabo, y esos momentos que las 200 personas refugiadas LGBTI habían compartido ya no podrían ser arrebatados por ninguna ley o por ninguna amenaza.
Fuentes: Gaystarnews, Advocate, NBCnews, Mambaonline, GCN.
Artículo escrito por Inés Asensio, colaboradora de África LGBT.