No es lo mismo hablar de la herencia colonial británica, francesa o portuguesa ya que cada una impregnó en la clase alta africana un sistema de valores que degeneró en los procesos de independencia que datan de mediados del siglo pasado; llevándolas, por tanto, de una explotación política, social, económica y jurídica, a una situación similar bajo el mando de esa naciente clase alta africana. Tampoco es lo mismo hablar del proceso de descolonización en el continente africano ya que el proceso seguido en estados como Congo, Liberia, Sudán o Sierra Leona, nada tienen que ver con los propios de los estados insulares, donde Cabo Verde tiene mucho que aportar en el seno de la Unión Africana de Naciones (UAN) en relación a su praxis democrática y jurídica.
Cabo Verde, estado insular con escasos recursos naturales, en comparación con otros estados africanos, no fue lo suficientemente “atractivo” para la metrópoli portuguesa y, en consecuencia, fue abandonado literalmente hasta que lograra su independencia en 1976. Pero el papel actual de Cabo Verde es crucial para el futuro africano ya que se desmarca de una teoría panafricanista que afirma que las relaciones entre personas del mismo sexo son costumbres traídas a África por parte de los occidentales, argumentario que el escritor Marc Serena desmonta con su trabajo antropológico denominado “Això no és Africà”.
El estado insular formado por 10 islas agrupadas en dos regiones denominadas islas de Barlovento e islas de Sotavento, está física y socialmente fragmentada ya que Praia, capital de Cabo Verde y centro de concentración de esclavos en la época colonial lusa antes de su paso a latinoamérica, es ampliamente distinta a Mindelo, capital cultural con fuerte influencia por parte de mercaderes ingleses, holandeses e italianos que, al ser una de las más alejadas fueron abandonadas con la consecuencia de un mestizaje que les llevaría, en muchos de los casos, a no ser considerados africanos por sus propios connacionales ni, mucho menos, por los africanos continentales.
La Dra. Claudia Rodrigues, en su tesis doctoral sobre homoafectividad concluye, entre otras cosas, que, respondiendo a cuestiones históricas de derechos y libertades individuales, el único lugar en Cabo Verde que reúne los requisitos sociales y culturales para el nacimiento de un colectivo por la defensa de los Derechos Humanos de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Trans. es Mindelo.
El papel que jugaría Tchinda, primera mujer Trans. del estado caboverdiano, que en 1998 en torno al carnaval de Mindelo anuncia “soy una mujer que vive en el cuerpo de un hombre”, afirmación que fue condenada por la sociedad capitalina tras la invitación que recibieron a la ciudad de Praia, estas fueron apedreadas. La respuesta del parlamento caboverdiano en 2004 fue la necesidad de blindaje de los derechos de personas LGBT. De esta manera Cabo Verde se convierte en el segundo estado africano, solo antecedido por Sudáfrica, con mejores y mayores leyes y principios de no discriminación y el primero dentro de los estados de África Occidental. Este hecho marcaría un hito en la gestación de un movimiento LGBT gracias a la visibilidad positiva desarrollada por Tchinda
Para 2010 las conclusiones adelantadas por Rodrigues se convirtieron en verdades cuando Anilton Barrios, Elvis Tolentino y Christian Lima constituyeron la Associaçao Gay Caboverdiana con el objetivo de trabajar en favor de un ejercicio activo de igualdad social en todo el estado. El camino no fue fácil ya que, aunque contaban con reconocimientos legales que las protegían, la igualdad social no era una realidad muestra de lo cual más del 70% de las mujeres Trans. de Cabo Verde no tienen acceso a un trabajo teniendo que realizar labores domésticas o ejercer el trabajo sexual lo que frena su ascenso social y por consiguiente ahonda la discriminación hacia ellas.
Fundación Triángulo acompañó a la Associaçao Gay Caboverdiana, en un primer momento nuestra sedes de Extremadura y Andalucía, en 2010 a través de un primer curso de formación y sensibilización social en el cual se formó a personas responsables políticas en relación a la Orientación Sexual e Identidad de Género, apoyando, del mismo modo, a la naciente AGC. En un segundo momento, desde Fundación Triángulo Canarias, se apoyaron acciones que empoderaron a esta asociación ya que, la conquista del espacio público y político fue detentada a través de lo que se denominará “1º Semana pela igualdade das pessoas LGBT em Cabo Verde: Mindelo Pride 2013”. Una actividad sin precedentes en el estado y en el África lusófona. La verdadera conquista de esta semana (que aunó una exposición fotográfica, muestra de cine LGBT, debates en relación al futuro de Cabo Verde en relación a la Orientación Sexual e Identidad de Género, conferencias y una manifestación como colofón de la incidencia política) fue que estas acciones se hicieron eco no solo en el estado insular, sino también en el conjunto de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP).
El desarrollo de un movimiento asociativo donde existen garantías legales es un aspecto a rescatar ya que la labor de estos es realizar un trabajo con la ciudadanía en general para dar pasos en claves de igualdad social. El compromiso de la AGC es desarrollar una serie de acciones con apoyo de las carteras de educación, sanidad, juventud y empleo, labor que se encuentra en camino.
