Por el Rev. Canon Albert Ogle, para la web sdgln.com.
Me enteré de que había muerto Nelson Mandela cuando estaba en el Instituto de Estudios Internacionales en Monterey, muy poco antes de que echaran la película “Dios ama a Uganda” (God Loves Uganda). La película de Roger Ross Williams es un documental controvertido sobre el impacto negativo de la homofobia de los evangélicos estadounidenses exportada fuera de ese país. La película es una de las 15 cintas preseleccionadas para poder ser nominada a los Oscar. Películas de ese tipo son muy importantes para nuestra comprensión de lo que hace girar el mundo y además para nuestra participación y su impacto negativo o positivo en la historia.
La contribución positiva de Africanos LGBT
Aún no se ha contado nada sobre el papel de las personas LGBT en la historia de África. El material para esas películas, futuras ganadoras del Oscar, está basado en lo que está pasando en África aquí y ahora, en nuestro tiempo, y los héroes viven bajo enormes dificultades y amenazas constantes para sus vidas.
La mayoría de nosotros no somos conscientes de las circunstancias de sus vidas y de la influencia de su liderazgo y de toda la vida llena de gracia, que donan a los demás. Sólo después de un tiempo, nos enteramos de sus historias. Dependemos de productores como Roger Ross Williams para contarnos sus historias y unir los puntos en la escondida aportación positiva que hacen las personas LGBT a la igualdad en el mundo.
El legado de Mandela
Nelson Mandela es una persona que vivió mayoritariamente fuera del dominio público hasta hace muy poco. Los efectos de su trabajo y liderazgo seguirán inspirando generaciones enteras de africanos y a otras gentes. Tuvo una conexión especial con la comunidad LGBT, que es muy poco conocida y escondida. Ese hecho podría explicar el porqué de que la Constitución sudafricana fuera la primera en garantizar derechos iguales para los ciudadanos LGBTs.
En el año 2000, flipé al ver documental llamado “El Hombre que Condujo con Mandela” (The Man Who Drove With Mandela). Inmediatamente, quise enviar una copia a cada obispo africano que quería encarcelar a gente LGBT y mostrarles la aportación tan positiva que hizo un hombre gay en la lucha para la liberación africana.
Cecil William es un nombre desconocido para la mayoría de los LGBT africanos, pero le deben mucho y el será recordado en la historia como uno de los más importantes líderes del continente, tan solo si podemos dejar atrás nuestras contemporáneas homofobia y xenofobia. El ha sido olvidado por la parte principal de la sociedad precisamente porque el era gay y blanco. Nadie lo ha reivindicado, excepto Mandela.
¿Quién era el otro hombre arrestado con Mandela?
Cuando arrestaron a Mandela en 1962, antes de comenzar su encierro en Robben Island, hubo otro hombre que fue arrestado con él y que la historia ha escondido y que tuvo que pasar varios años en prisión antes de escapar a Inglaterra, su país natal.
Cecil Williams era un director de teatro que vivió en Johannesburgo, donde se unió al Congreso Nacional Africano (ANC en inglés). Los del movimiento africano de liberación tenían tanta confianza en él que lo involucraron en un plan clandestino que ayudó a Mandela a cruzar y viajar dentro del país. En esos viajes se reunió con líderes locales y organizó la revolución armada contra el apartheid. Su tapadera era una limusina lujosa donde Williams hizo de un terrateniente blanco y Mandela de su conductor.
Greta Schiller y Mark Gevisser son los brillantes productores de esta película que explica muy bien el rol de ese hombre gay no africano que ayuda a Mandela a moverse y a organizar su rebelión armada antes de su detención histórica en 1962. Williams era el director de teatro más importante del país y tenía mucho que perder cuando se arriesgó apoyando a este líder terrorista local. La película explica el porqué de que Williams hiciese ese compromiso extraordinario y la profunda amistad que tuvieron hasta la muerte de Williams en 1978.
Los policías les pillaron porque se dieron cuenta de que algo raro estaba pasando, ya que un hombre negro estaba sentado atrás en un coche conducido por un hombre blanco. Entonces, arrestaron a Cecil y Nelson a la vez. Sabemos todo lo que le pasó a Nelson, pero se sabe muy poco de Williams. Demasiadas veces, la gente LGBT queda borrada de la historia.
Sé que habrá africanos LGBT contemporáneos que no se sentirán cómodos con esta historia porque reta a sus propias ideas de cómo los aliados internacionales deben actuar en el interrelacionado viaje hacia la liberación completa de los africanos LGBT. Bajo la autonomía de una supuesta “zona segura africana” (African safety space) los socios internacionales y sus organizaciones deberían de permanecer en silencio y, tal vez, también arrepintiendose de sus pecados imperiales del pasado, mientras la pureza y la determinación de la liberación LGBT de áfrica tiene lugar. La relación entre Mandela y Williams no encaja con sus saneadas aspiraciones revisionistas.
Extrañas colaboraciones y relaciones encubiertas pueden resultar en recompensas sorprendentes para todos y los efectos no son inmediatos. La nacionalidad y el color de la piel son secundarios comparados con las intenciones del corazón ¿Quién hubiese imaginado que cuando el público había abandonado la esperanza de cualquier cambio durante los años mas represivos del apartheid que un hombrecito en La Isla Robben se estaba preparando para la grandeza y reconciliación humana? La historia de Williams/Mandela desafía nuestra necesidad de recompensas inmediatas y hay que confiar en los frutos de buenas intenciones y valientes actos de sacrificio.
¡Alquila la película! Si tienes la oportunidad de ver esta película poco conocida sobre una relación misteriosa que desafía todo lo políticamente correcto, ¡entonces hazlo!. El profundo amor y respeto que Mandela tuvo por Williams es tangible y aunque Williams murió en 1978 y no vio los frutos de sus sacrificios, el compromiso de Mandela con las comunidades blancas y LGBT fue, creo, muy influenciado por Williams.
Mandela no pudo haberse organizado exitosamente sin la ayuda y la confianza de Cecil. En público fue admirado y respetado por sus méritos artísticos pero Williams vivió entre dos mundos prohibidos; la red clandestina de los luchadores por la libertad y la subcultura gay. Su vida siempre estaba en peligro dentro del clima político represor de las décadas de los 1940 y 1950. A pesar de su fama, fue frecuentemente arrestado e interrgodado e incluso le prohibieron trabajar. Finalmente, Williams tuvo que huir de Sudáfrica; cruzó la frontera con una fuga dramática y murió en Londres en 1978.
Imagino que, cuando Nelson llegó a las puertas celestiales, un viejo amigo gay estaba allí para conducirle hasta casa. Agradecemos a los cuentacuentos y cineastas que han tenido la valentía de contar la historia tal y como era y no cómo pensamos que era. La verdad es siempre mucho más provocadora que nuestra imaginación.
El reverendo Canónigo Albert Ogle es presidente de la “St. Paul’s Foundation for International Reconciliation” y vive en San Diego.
(Traducción propia de ÁfricaLGBT gracias a nuestra voluntaria Helen Stamp. Puedes ver el idioma original en el enlace adjunto).
http://www.sdgln.com/social/2013/12/06/rgod2-gay-man-who-drove-mandela#sthash.gATatzBM.WBBB0zJc.dpuf