Los sangomas homosexuales no son antiafricanos, sino que más bien ocupan un lugar importante en la tradición cultural, sugiere un nuevo estudio.
La sangoma en activo y también graduada por la Universidad de KwaZulu-Natal, Lindiwe Mkasi, ha publicado un estudio que desafía la creencia tradicional de que la homosexualidad es “antiafricana”.
El estudio sostiene que la existencia de relaciones homosexuales en sanadores zulúes implica que ocupan un lugar fundamental en la tradición cultural.
Mkasi siguió en Kwa-Ngcolosi e Inanda a 10 sanadoras tradicionales que mantenían relaciones homosexuales, descubriendo su estudio que sangomas masculinos y femeninos mantenían relaciones homosexuales sin sufrir discriminación.
Se piensa que los sangomas, o sanadores, son vínculos humanos con los antepasados y con lo divino.
Muchos investigadores llaman a los sangomas “guardianes” de la cultura y herencia zulú.
Sin embargo, muchos líderes zulúes han condenado la homosexualidad, acusándola de ser una importación cultural de occidente.
Bajo el título “A threat to Zulu patriarchy and the continuation of community” (“Una amenaza al patriarcado zulú y a la continuación de la comunidad”), el estudio sobre las sangomas lesbianas muestra que la homosexualidad no es “antiafricana”.
La Dra. Sarojini Nadar, tutora de investigación de Mkasi y profesora de estudios de género en la Universidad de KwaZulu-Natal, comentó que la investigación de Mkasi era “una especie de secuela” de un estudio más amplio sobre la prevención del SIDA en el que habían trabajado juntas en 2008.
En dicho estudio, una mujer reveló que no había dormido con su marido durante varios meses porque sospechaba que pudiera ser seropositivo.
Nadar explicó que le habían preguntado a la mujer cómo es que pudo tener este tipo de control sexual en un contexto tan patriarcal, y resultó que la mujer era una sangoma.
Así que tomó una pareja lesbiana porque, según ella, era más seguro.
Algunas otras participantes del estudio dijeron que habían sido poseídas por espíritus masculinos al tener sexo con otras mujeres.
“Cuando los antepasados no quieren hombres… lo sientes realmente, en ti”, comentó alguien.
Otra sangoma, Nkabinde, comentó que había sido poseída por un espíritu masculino llamado Nkunzi, diciendo: “Nkunzi ama a las mujeres, especialmente a las jóvenes”
“Si estoy con una mujer de 21 o 22 años, normalmente Nkunzi quiere tener sexo con ella… Tengo más poder cuando Nkunzi está en mí, especialmente cuando ambos deseamos a la misma mujer”.
Convertirse en una sangoma ha servido desde hace tiempo como alternativa para las mujeres zulúes que encuentran el matrimonio tradicional “algo molesto”, según Gina Buijs, una antropóloga social de la Universidad de Witwatersrand.
“Para una mujer lesbiana, ser una sangoma implica un espacio para ser ella misma sin la presión de tener una relación con un hombre”, comenta Buijs.
No obstante Nadar explica que los descubrimientos de Mkasi también señalan la extendida homofobia que existe en la cultura tradicional zulú, en la que “los hombres y mujeres corrientes no tienen ese tipo de libertad”.
El título de sangoma puede proteger a las mujeres lesbianas en las ciudades, donde podrían enfrentarse a serios problemas si se declararan lesbianas.
En concreto, si se percibe que una mujer es homosexual puede ser objeto de “violación correctiva”, en la que una mujer es violada en un intento de “volverla” heterosexual de nuevo.
El énfasis en la hiper masculinidad de la cultura tradicional zulú también puede llevar a la formación de bandas en un contexto urbano, según Buijs.
Desde 1994, la constitución prohibe la discriminación por cuestiones de género y orientación sexual. Sin embargo, los prejuicios continúan en las capas más altas de la sociedad.
Hace dos años muchos prominentes líderes zulúes hicieron campaña a favor de eliminar este artículo, y además, el hecho de que Jacob Zuma no condenara la reciente ley anti homosexual de Uganda les ha puesto bajo examen internacional.
Sin embargo, hay señales de que los líderes sudafricanos se están poniendo a la altura de su constitución.
El pasado abril, tuvo lugar la primera boda zulú tradicional de una pareja homosexual. Tshepo Modisanea y Thoba Sithole, ambos jóvenes trabajadores de 27 años, se enfrentaron a un montón de reacciones negativas por parte de los medios de comunicación y algunos académicos zulúes. Sin embargo otros ciudadanos se animaron con la noticia.
Otra persona, un bloguero llamado Lenox Magee, definió la historia como “más allá de la épica”.
“Sin duda alguna, esta boda se recordará siempre… como uno de los acontecimientos más significativos de la historia LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales) de Sudáfrica” escribió.
(Traducción propia para ÁfricaLGBT gracias a una de nuestras voluntarias. Puedes leer el idioma original en el enlace adjunto).