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 Festival del Orgullo Gay en Johannesburgo
Festival del Orgullo Gay en Johannesburgo

En un continente que ha experimentado últimamente un incremento de las leyes contra los homosexuales, Sudáfrica parece, al menos en la superficie, ser un pequeño oasis de progresismo. Aquí  se celebran eventos como el exitoso Festival del Orgullo Gay que ha tenido lugar este fin de semana en Johannesburgo (Sábado, 25 de octubre).

Mientras que actualmente 38 de los 55 países africanos consideran la homosexualidad un crimen, Sudáfrica fue el primer país del mundo, en declarar fuera de la ley la discriminación por orientación sexual, al incluirlo dentro de su nueva Constitución en 1996.

Bajo el régimen del apartheid, la homosexualidad se castigaba con penas como mínimo de siete años de prisión para hombres pues, como ocurre en otras antiguas colonias británicas, la sexualidad de las mujeres no estba siquiera reconocida.

Las leyes para la protección de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) contra la discriminación laboral entraron en vigor en 1998 mientras que la legislación que contempla el matrimonio homosexual y la unión civil no figuró en los estatutos hasta ocho años después. Sin embargo, aún hoy se permite a los funcionarios públicos y miembros del clero decidir personalmente si desean celebrar dichas ceremonias o no.

Y si bien es cierto que la instauración de estas medidas legales ha contribuido a mejorar las vidas de LGBT y personas intersexuales durante los últimos 20 años, Johan Meyer, encargado de los temas de salud de la organización OUT, ha proclamado que «la homofobia sigue muy presente».

También ha afirmado que «el hecho de las que las leyes cambien no significa que la gente cambie de actitud repentinamente. Frecuentemente toma un poco de tiempo hasta que la gente se acostumbra», Y uno de los grandes obstáculos para conseguir este objetivo es que Sudáfrica sigue siendo un país socialmente conservado con  «un fuerte componente religioso».

Meyer añadió que «mucha gente considera todavía que ser LGBTI es algo malo y pasará un tiempo hasta que esta visión tradicional y conservadora cambie. Pero el cambio deja entreverse poco a poco».

Por ejemplo, en las zonas rurales y los suburbios negros la mayoría de la gente opta por no manifestar su orientación sexual en público e incluso esconder su orientación sexual de forma permanente. Pero en los suburbios de las grandes ciudades donde predomina la raza blanca como en Ciudad del Cabo y Johannesburgo, la homofobia es menos evidente y no es inúsual encontrar bares y club gais. 

Lenta transición social 

Sin embargo, Stefan Swart, representante de la Asociación de Gays de Sudáfrica, afirma que uno de cada diez LGBTI que nacieron en Sudáfrica pero pueden permitirse abandonar el país lo hacen, y se trasladan a entornos más liberales como Reino Unido, Australia o Los Estados Unidos.

Swart afirma que "Es difícil ser LGBTI en Sudáfrica. La situación ha mejorado bastante desde 1996 pero está siendo una transición lenta. La vida es más fácil si vives en una zona acomodada pero es bastante complicado si no es así".

Con el objeto de mejorar las condiciones de vida de muchos, la asociación OUT de Meyer realizó hace seis años con la ayuda del Departamento de Salud un manual de formación y un programa de educación de pares para tratar de aumentar la concienciación y la preocupación del personal sanitario sobre los temas LGBTI.

OUT es un organismo que proporciona ayuda física y mental a la comunidad y ha propuesto iniciativas similares a la suya al Departamento de Desarrollo Social y a diferentes organizaciones sociales.

También se espera que a comienzos de 2015 el Departamento de Justicia apruebe un manual y su correspondiente programa de formación, que sería dirigido a la policía y a la administración de justicia.

Pero OUT no ha acudido al Departamento de Justicia solo por cuestiones de formación. Debido a los continuos casos de las llamadas "violaciones correctivas" contra mujeres lesbianas negras en los suburbios, OUT ha colaborado con una comisión del Departamento de Justicia en el proceso de investigar la temática de los crímenes de odio.

La violación correctiva, que implica violar a alguien con el objeto de "curar" su homosexualidad, se ha convertido en un tema clave de derechos humanos en Sudáfrica en los últimos años. 

El término fue acuñado a comienzos del 2000 cuando unos miembros de organizaciones caritativas fueron testigos de dicha actividad en un país conocido por sus múltiples casos de violaciones. 

Esto traduce en unos 500 000 casos de violación al año, es decir, un caso cada 17 segundos, lo cual refleja que el cincuenta por ciento de las mujeres en Sudáfrica han sido violadas al menos una vez durante el transcurso de sus vidas. 

Delitos de odio.

Pero no son solo mujeres las que se ven afectadas por la violación correctiva. Aunque son menos los hombres que por miedo, humillación o vergüenza informan de los mismos, se estima que el número de incidentes con hombres y mujeres es bastante similar. 

OUT, pese a que todavía no se ha presentado ningún proyecto de ley ante el Parlamento, tiene como objetivo que se llegue a considerar la violación correctiva como un crimen de odio basado en la orientación sexual de sus víctimas, y que se le equipare a otros delitos como el asesinato, ataques físicos y ofensas verbales.

La segunda parte de la estrategia de esta organización para luchar contra estos crímenes de odio implica proporcionar apoyo médico, legal y de asesoramiento a las víctimas y a sus familias a través de la colaboración de cinco organismos, dos de los cuales tienen sus sedes en Johannesburgo, otros dos en KwaZulu-Natal y el último en Ciudad del Cabo. 

La educación es de vital importancia. Desde que esta iniciativa comenzara en octubre de 2013, las comunidades implicadas han ido recibiendo posters cada mes para ayudarles a promover la concienciación de la población respecto a estos temas, además de la creación de páginas web y el envío de mensajes de texto a través del teléfono móvil para transmitir información.

Pero todavía parece que debe concienciarse a personas dentro de la misma comunidad de LGBTI. El tema que aborda el Festival del Orgullo Gay de Johannesburgo de este año, el cual se espera que acoja a más de 30 000 participantes, es «Soy humano», con especial énfasis en la situación de bisexuales e intersexuales.

Swart, cuya organización está activamente implicada en el Festival, el mayor evento y con más trayectoria del país, ha afirmado que «aunque los bisexuales e intersexuales son parte de esta comunidad, tiende a haber bastante discriminación contra ellos, y la gente dice a menudo no tener nada que ver con ellos.

Por lo tanto, pese a que este acontecimiento se ha centrado normalmente en gais y lesbianas, el objetivo de este año es concienciar y «motivar a este sector de la población a que salgan a la luz, no tengan miedo y pidan ayuda», dado que, en palabras de Swart, «son seres humanos normales  como tú y como yo».

(Traducción propia para ÁfricaLGBT gracias a nuestro voluntario Juan Pedro Martín Gordillo. Puedes leer el idioma original en el enlace adjunto). FOTO: Casi 30 000 bisexuales, gais, lesbianas y personas en favor de los derechos LGBTI recorren 10km a través de las calles de Johannesburgo, el 25 de septiembre de 1999, para conmemorar el décimo aniversario del Día del Orgullo Gay del país. Los participantes celebraban lo que llegó a conocerse como Septiembre Rosa (Reuters).

http://www.ibtimes.co.uk/south-africa-progressive-lgbt-rights-gays-still-battle-social-reform-1471213

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