A pesar de haberse desestimado políticas homofóbicas en el Parlamento, la realidad de la vida cotidiana es que los padres rechazan a sus hijos, los adolescentes son expulsados de las escuelas y las comunidades se convierten en trampas mortale
Cada cicatriz de la cabeza y el cuerpo de María Muthui cuenta una historia de la dura persecución a la que los kenianos homosexuales se enfrentan todos los días.
María es una activista LGBT en el país del este de África, y una de las pocas lesbianas con presencia en los medios de comunicación. Su trabajo la ha hecho presente en la prensa –por un lado positivo para el movimiento, pero también algo por lo que ella, su novia y su hijo de 12 años de edad, han tenido que sufrir mucho.
Hace tres años que ella y una amiga estaban caminando por una de las calles más transitadas de Nairobi, cuando fueron abordadas por un grupo de hombres que habían reparado en su camiseta; ella llevaba una en la que se leía "orgullosamente lesbiana". María explica cómo fue perseguida y atacada por el grupo.
"Crucé la carretera y seguí corriendo. Pero ellos habían atrapado a mi amiga y tuve que regresar para encontrarla. Cuando volví ellos dijeron –Vamos-. Nos violaron durante casi tres horas”. Eran 9 hombres
Su hijo fue concebido en una agresión similar con 6 hombres, durante la cual le rajaron la cabeza con un machete. Aparta su pelo para mostrar la cicatriz donde la hoja golpeó, antes de mencionar que fue durante ese mismo ataque cuando contrajo el VIH.
Su hijo fue más afortunado, en su nacimiento dió negativo en VIH, pero aun así la inseguridad y la persecución por las acciones de su madre le afectan a diario. Él me dice: 'Mamá, ¿por qué elegiste ser una activista? Esto es muy duro”.
El otro día revisaba la Biblia pensando en los homosexuales tratando de obtener una explicación. “Yo sólo quiero que crezca y desarrolle sus capacidades, sin que nadie lo mire y diga, “Hey conozco a tu madre ".
La sodomía es un delito en Kenia, que lleva una sentencia de cárcel de entre 5 y 14 años. Sigue siendo mal aplicada, pero la presión se ha intensificado (en agosto) con un proyecto de ley anti-gay presentado en el parlamento, que amenazaba con condenar a la cadena perpetua o a la muerte por lapidación pública a los homosexuales.
Un comité parlamentario la proclamó inconstitucional, pero a los activistas les preocupa que este no sea el final de la batalla legislativa - un comité de todos los partidos con seis diputados anti-gay continúa presionando para obtener penas más severas desde dentro de la Asamblea Nacional. Una batalla similar hace estragos en la vecina Uganda.
Pero lo que sucede en el parlamento es diferente en comparación con las realidades de la vida cotidiana de los hombres y mujeres homosexuales en Kenia. Padres que rechazan a sus hijos; los adolescentes son expulsados de las escuelas; las comunidades se convierten en trampas mortales.
María no puede regresar a su casa por miedo a lo que en su pueblo puedan hacerle. "Pueden matarte con el chasquido de un dedo", dice ella. Pandillas urbanas intimidan a los gays en las comunidades. María se ha mudado recientemente de un vertedero de basura, después que una pandilla llevara a cabo la auto-proclamada "Operación Ondoa Mashoga”- Operación “Eliminación de homosexuales” - y desalojaran su casa en mayo.
Explica que sus amigos tenían miedo de alojarla en sus casas y añade: "Me encanta Kenia pero yo soy una refugiada en mi propio país".
Los kenianos ahora pueden acudir a las redes de LGBT para solicitar apoyo, asesoramiento y asistencia jurídica, aunque estas se vean saturadas por las peticiones de ayuda.
María ahora desea volver a su campaña, representante de la resistencia Lucha de bases de Kenia. “Me encanta hacer esto, y tengo la intención de continuar haciéndolo, luchando por los derechos de la gente de este país" Ella tiene un sueño a largo plazo: "¡mi sueño es ser la primera mujer en casarme!, La amo", dice , señalando a su novia.
María concluye con solemne esperanza: "Espero que todo mejore en Kenia. Eso espero".
(Traducción propia para ÁfricaLGBT gracias a nuestra voluntaria Maite Escobar García. Puedes leer el idioma original en el enlace adjunto).
http://www.independent.co.uk/news/world/africa/being-gay-in-kenya-im-a-refugeein-my-country-9688587.html