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Muhadh Ishmael en su cama de hospital. (Foto de Joseph Odero)
Muhadh Ishmael en su cama de hospital. (Foto de Joseph Odero)

Muhadh Ishmael, 17 años, nació con rasgos femeninos y masculinos; genitales de ambos sexos y una vez llegó a la adolescencia comenzaron a crecerle los pechos. La intersexualidad de su hijo ha provocado grandes problemas a su familia, que no aceptaba el deseo de Muhadh de ser tratado como un hombre.

A principios de este mes, la familia, que vive en la localidad rural de Malindi a 110 kilómetros al norte de Munbasa, decidió que no podía aguantar más su cabezonería. Cuatro desconocidos, que su tío previamente le había presentado como sus primos, capturaron a Muhadh. Le trasladaron a un lugar lejano, le desnudaron y le drogaron. Posteriormente le amputaron el pene.

Fue abandonado en el bosque de Arabuko Soko, al sur de Malindi, donde le encontraron unos motoristas que le trasladaron al hospital. Allí recibió tratamiento para sus heridas pero continuó perdiendo sangre y falleció en el hospital el 21 de diciembre.

Antes de su muerte, Muhadh describió lo que había sufrido en unas entrevistas que tuvieron lugar el 15 y 16 de diciembre en el hospital. A pesar del dolor que experimentaba, causado por una herida en la mandíbula y la sonda que le alimentaba a través de la nariz, relató coherentemente los hechos, aunque con una voz muy débil.

De pequeño, se dirigían y le trataban como si fuera una niña. Sus padres y sus tíos le obligaron a llevar el buibui, el chal típico que utilizan las mujeres musulmanas en África oriental. Le llamaban Muhadh Hafswa Said y le trataban de “ella”. Sin embargo, Muhadh adoptó el nombre Muhadh Ismael y prefería que se le tratara de “él”.

Siempre se le dijo que había sido una maldición para la familia, alguien que solo les traía miserias. Se le culpaba de todas las desgracias que sufrían. Según nos contó, le encerraron en casa, escondido de las visitas, y a menudo sus parientes le pegaban.

También nos confesó que no le permitían ir a la mezquita ni al colegio. Sus padres consideraban que enviarle a la escuela era una pérdida de dinero porque moriría pronto. Su custodia fue entregada a uno de sus tíos tras la muerte de sus padres. Su padre falleció en octubre de 2014.

En ese momento fue cuando su tío le pidió que se acercara a verle y a Muhadh le pegaron una paliza seis hombres que le acusaron de deshonrar a la familia y de avergonzarles. Se le ordenó que actuara como una mujer y que se considerara a si mismo también una mujer y no un hombre.

[pie de foto: Hospital del Distrito de Malindi donde Muhadh fue atendido y donde él murió. Foto cortesia de CountyOnline.co.ke ]

Cuando su abuela murió en noviembre de 2015, su tío volvió a llamarle. En el salón de su casa, se encontró a cuatro hombres desconocidos. El tío se los presentó como sus primos de Shimba Hills, al suroeste de Mumbasa y según le contó se habían acercado a dar el pésame a la familia tras la muerte de su abuela. Su tío le pidió que acompañara a los jóvenes hacia la localidad de Kilifi a hacer unos recados. Muhadh no consiguió ver la matrícula del vehículo.

Tras entrar en el coche, le cogieron y le vendaron los ojos. Le dijeron que rezara y le preguntaron cuáles eran sus últimas palabras antes de morir.

Una vez en el bosque le desnudaron y le hicieron ingerir unas pastillas amarillas. Muhadh creyó que era Largactil, un medicamento psico-farmacéutico que suele provocar somnolencia. En ese momento perdió el conocimiento. Al día siguiente amaneció en un charco de sangre en el bosque Arabuko Sokoke, sufriendo un dolor terrible. Sus atacantes, desconocidos, le habían amputado el pene. No tenía teléfono y consiguió llegar a la iglesia católica, que se encontraba en los alrededores. Un hombre que se dirigía al trabajo le recogió y le llevó al Malindi District Hospital

Ninguno de sus familiares le visitó. Nadie fue a verle salvo un amigo, con el que se había puesto en contacto con un teléfono prestado y que le ayudó a organizar la entrevista para este artículo. La factura del hospital ascendía a unos 25.780 Ksh (alrededor de 225€) y Muhadh no sabía cómo podría pagarla.

El 21 de diciembre su amigo se enteró de que Muhadh había muerto por una hemorragia. El personal del hospital no había prestado mucha atención a Muhadh, ya que nadie les estaba haciendo los pequeños pagos que solicitan para atender a un paciente con más cuidado. Incluso tras su muerte, la familia de Muhadh siguió rechazándole. Se negaron a aceptar su cuerpo para celebrar un funeral. Su amigo no informó a la policía del crimen por miedo a ser acosado o detenido por ser gay.

Los amigos y defensores de Muhadh albergan la esperanza de poder recaudar dinero para organizar un funeral. Si finalmente es necesario un llamamiento público será anunciará aquí.

Traducción propia para ÁfricaLGBT gracias a nuestro voluntario Víctor Melendro Jiménez. Puedes leer el artículo en su lengua original en el siguiente enlace:

http://76crimes.com/2015/12/23/intersex-in-kenya-held-captive-beaten-hacked-dead/

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