“Nada podría estar más lejos de la realidad” dice el activista legal ugandés Adrian Jjuuko sobre las acusaciones del portavoz de la policía de Uganda, Fred Enanga, sobre que los miembros del equipo de Jjuuko organizaron el asalto de la sede de la organización y el asesinato [del guardia de seguiridad] el pasado 22 de mayo.
Docenas de organizaciones de los derechos humanos han criticado a la policía por su respuesta ineficaz ante una serie de recientes allanamientos y un asesinato en las organizaciones de activistas de Uganda, incluyendo la organización de Jjuuko, Human Rights Awareness and Promotion Forum (HRAPF).
En respuesta, Enanga (portavoz de la policía) afirmó que el allanamiento de HRAPF fue “planeado” por la administración de HRAPF. Jjuuko revisó las limitadas pruebas que la policía había recogido, pero no encontró nada que respaldara la declaración de Enanga.
Básicamente, la respuesta de Jjuuko a Enanga fue “Es dudoso. ¿Tiene alguna prueba?”.
Esta es la declaración de Jjuuko, quien es director ejecutivo de HRAPF:
Declaración de Enanga sobre el allanamiento de HRAPF: sin fundamento
El viernes, 3 de junio de 2016, la CBS Radio y otros medios de comunicación informaron de que el portavoz de la policía, Fred Enanga, había contado a la prensa que las conclusiones preliminares de su investigación del allanamiento y asesinato de un guardia de seguridad en las oficinas de Human Rights Awareness and Promotion Forum (HRAPF) indicaron que el allanamiento fue “planeado” por la administración de HRAPF.
Considerando que hubiese alguna una posibilidad de que la dirección y el personal de HRAPF fuera parte del grupo que planeó el allanamiento y el asesinato, no son aceptables las razones dadas para esta conclusión y pido a la policía que respalde las acusaciones con pruebas genuinas. Ellos deberían continuar y señalar a las personas específicas, entre la administración de HRAPF, que hubieran organizado el asesinato y el robo y detenerlos.
La razón dada para la conclusión preliminar fue que la administración del HRAPF había rechazado compartir las grabaciones de seguridad de circuito cerrado del allanamiento y el asesinato con la policía. Nada podría estar más lejos de la realidad.
La compañía de seguridad, G4S, informó a HRAPF de que ellos habían alertado al cuerpo de policía de Uganda del allanamiento y el asesinato esa misma mañana incluso antes de alertar a la administración del HRAPF. Aparentemente, la policía llegó a la escena poco después y, sin asegurar la escena del crimen, se fueron. Ellos solo volvieron tras dos horas después de que yo llamara personalmente a los oficiales superiores de la policía.
La policía recogió muestras de sangre que se encontraban en la escena, huellas dactilares de los sospechosos y cuando fueron informados por la administración de HRAPF de que había grabaciones de seguridad de circuito cerrado, un oficial vio las partes relevantes y tomó una captura de pantalla con su cámara. Yo, personalmente, les pedí que se llevaran la grabación o que la aseguraran, pero no parecían interesados en ello.
Fue en este momento en el que HRAPF decidió compartir partes de la grabación con los principales medios de comunicación y las redes sociales para que las personas del público identificaran a los culpables. La policía siguió el ejemplo y publicó las imágenes en su cuenta oficial de Twitter.
Después de dos días, un oficial de policía vino por la grabación y se le dio acceso a la misma grabación que fue compartida con los medios. Después, HRAPF fue a la comisaría de policía y un oficial de investigación dijo que quería fotos de la grabación. Se hicieron y también fueron entregadas.
Por lo tanto, fue impactante oír que la policía estaba declarando que las grabaciones de seguridad de circuito cerrado no habían sido compartidas con ellos y que esta fue la base para imputar la responsabilidad a la administración de HRAPF.
Incluso si las grabaciones de seguridad de circuito cerrado no hubieran sido compartidas con la policía, esto no puede ser la base para la conclusión de que la administración del HRAPF estaba implicada en el robo y asesinato. Ya que las caras de los sospechosos que realizaron el robo y el asesinato se muestran claramente en las fotos y los vídeos que se divulgaron ampliamente, y la policía tiene muestras de sangre y huellas dactilares de, al menos, uno de los sospechosos.
Además, la policía siempre puede demandar la grabación e incluso conseguir una orden judicial para forzar a HRAPF a entregarla. Hasta la fecha, la policía no ha tomado declaraciones de ningún miembro de la administración o el personal de HRAPF, excepto del director ejecutivo, tampoco han tomado muestras de sangre, fotografías o huellas dactilares para ver si coinciden con las encontradas en la escena del crimen. No obstante, HRAPF les ruega que lo hagan.
Inmediatamente después de que la declaración de Enanga fuera transmitida en la radio, la administración de HRAPF fue a la comisaría de policía de Old Kampala y conocieron al oficial encargado de la investigación y al oficial a cargo de las investigaciones y le preguntaron acerca de la declaración y la conclusión. Fueron informados de que no habían llegado a tal conclusión y que aún estaban investigando.
Por lo tanto, esto implica que el portavoz de la policía no había consultado al oficial encargado de la investigación antes de hacer la inoportuna declaración. Si estas declaraciones son, en efecto, ciertas, dejaremos a la policía llevar a la justicia a los culpables.
Esta no es la primera vez que tales declaraciones son hechas por el portavoz de la policía cuando las oficinas de las ONGs hayan sido allanadas. Ahora parece ser la respuesta estándar. Si llegan a esto después de las debidas investigaciones exhaustivas, es aún un misterio porque la policía nunca ha desarrollado ninguna base razonable para estas declaraciones y nunca ha detenido a personal de ONGs por los allanamientos.
Mientras tanto, más organizaciones continúan sufriendo ataques, ¡y probablemente más vidas se perderán!
La policía debería, de manera comprensiva, investigar este caso, sobre el cual tiene toda la evidencia necesaria para encontrar a los responsables. Todos demandan justicia: la familia del guardia asesinado, sus empleadores y el personal de HRAPF, el cual está actualmente asustado por el inexplicado allanamiento y el asesinato.
“No es probable” – Jjuuko
Respondiendo a las preguntas del blog Erasing 76 Crimes, Jjuuko declaró:
No puedo descartar completamente que el personal esté involucrado, ya que somos aproximadamente 30 personas aquí y todos piensan de forma diferente. Yo solo soy un miembro de la administración de HRAPF y no puedo saber qué hay en el corazón de todos. El personal podría planear un allanamiento cuando quisieran dinero o documentos.
Pero no es probable que fuera el personal de HRAPF, ya que ellos conocerían la oficina correcta que tuviera el dinero, y también sabrían que no teníamos grandes sumas de dinero en la oficina esa noche. Si estuvieran tras los documentos, el personal sabría que yo tengo copias de seguridad en otro sitio.
Así que no hay razón por la que pudiera sospechar del personal de HRAPF. Además, tenemos a los culpables en la grabación de seguridad de circuito cerrado y ninguno de ellos parece ser personal de HRAPF.
Pero para nosotros esto no es suficiente para exonerar al personal, y esto es por lo que pedimos a la policía que investigue y, si es realmente un miembro de nuestro personal, entonces deberían llevarle ante la justicia. Nuestro problema está con hacer declaraciones sin base que no están respaldadas por ninguna evidencia.
Ellos tienen huellas dactilares, acceso a los registros de las llamadas telefónicas si quisieran, grabaciones de seguridad de circuito cerrado, muestras de sangre, etc. Les dejaremos compararlas con los registros del personal.
Traducción propia para ÁfricaLGBT gracias a nuestra voluntaria Minerva Expósito Guixeras. Puedes leer el artículo en su lengua original en el siguiente enlace:
https://76crimes.com/2016/06/16/police-blame-the-victim-in-uganda-break-in/