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Por Jean Marc Yao, Asesor de Derechos Humanos en Costa de Marfil, tomado de la web 76crimes.

Al escuchar el reportaje de Maureen Grisot emitido en Radio France Internacional (RFI) el jueves 17 de octubre de 2013, el oyente poco informado podía pensar que los LGBT vivían con toda normalidad en Costa de Marfil. La homosexualidad no está penalizada jurídicamente en este país del oeste de África, de hecho podíamos creer que los derechos de las minorías sexuales, es decir sus libertades, estaban garantizadas, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las comarcas del continente negro.

Pero es aquí donde la actualidad nos acaba de demostrar que la realidad es otra. De hecho, acaba de recordarnos que en Costa de Marfil, la diversidad de género y orientación sexual no está del todo aceptada, y que los LGBT corren aún graves peligros. La prueba, la gente puede soliviantarse y exigir a gritos que un ciudadano honrado abandone el barrio por la única razón de que tuviese una orientación sexual diferente a la suya y porque trabajase con homosexuales.

Y además, casi bajo la mirada de las cámaras de televisión del Estado, estos residentes y vecinos homófobos se permiten el lujo de llevar a cabo una expedición de castigo contra los locales de una ONG que trabaja en la lucha contra el SIDA en el entorno homosexual.

Lo que parece más preocupante, es saber que este asalto criminal ha sido hábilmente planificado por un oficial superior de las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI) que ejerce actualmente en la Guardia Republicana (GR). Por sí misma, la estrategia de ataque permite hacerse una idea de que en la Costa de Marfil los LGBT están por debajo de todo.

El hecho es que si aunque los medios de comunicación culparon a los residentes locales del asalto y el saqueo en la sede de Alternativa Costa de Marfil, los delincuentes más temidos se han ido a buscar a otro municipio y han sido contratados para este trabajo, el más indecente de esta operación liberticida.

Según las informaciones exactas recogidas por el director ejecutivo del Alternativa Costa de Marfil, son los desgraciadamente famosos “microbios” del municipio de Abobo, una banda con machetes muy conocida por los servicios de seguridad, los que han sido contratadas para saquear y romper todo lo que pudieran. De este modo, si por una vez las Fuerzas de Defensa y los matones han hecho buenas migas, es por la causa homófoba; se han unido codo con codo para ir a cazar al pederasta, como muy a menudo les gusta bautizar a este tipo de auge de la violencia contra los LGBT.

Quizás este oficial de la armada marfileña no estaba en el ejercicio de sus funciones, y por lo tanto, no podríamos acusar al Estado de estar aliado a la hampa abiyanesa. Sin embargo lo que me sorprende, es que el ataque haya durado casi cuatro horas a plena luz del día (desde medio día hasta el atardecer) sin que ninguna fuerza del orden venga a parar esta razzia. Y es ahí donde el papel del Estado en estos asuntos se muestra más que preocupante. ¿Cómo explicarse una tal inercia cuando tanto los locales como el personal de una ONG que trabaja a favor del respeto de los derechos humanos son agredidos? ¿No tenemos derecho a sospechar una complicidad del Estado, sobre todo cuando nos describen la actitud de los agentes de policía de la comisaría del distrito 22 que se encargan de la seguridad de los bienes y de la gente de la zona?

Sea lo que sea, desde hace un tiempo, se está incitando a las mentes de población marfileña se a volverse contra los LGBT. Es la prensa, que ha mostrado ya que sabe enfrentar a los marfileños los unos contra los otros, la que se encarga aún de este trabajo sutil. Todo ocurre como si después de la guerra, quienes han contribuido a crear el patriotismo, la xenofobia, el sectarismo, el tribalismo, e incluso todo tipo de integrismo religioso, están haciendo crecer la homofobia como un nuevo monstruo.

Pofrmod conocer el alcance del asunto con los comentarios que siguieron a la firma del acuerdo de financiamiento que la Embajada de Francia en Costa de Marfil había firmado con Alternativa Costa de Marfil. Personalmente, había intentado llamar la atención de las autoridades sobre lo que se leía en los periódicos. Así que mencioné que el asesinato en Camerún de un activista de los derechos de los LGBT, es decir, alguien que militaba por el respeto de los derechos fundamentales de todos los seres humanos, es un precedente que nos recuerda que la palabra es el principio de todo, y que este acto odioso había tenido como prólogo declaraciones homófobas jocosas por las que la prensa camerunesa se pirraba.

Por esta razón, más adelante expliqué que temía que lo que la prensa contaba de los LGBT fuese un prefacio al pogromo contra el que había que oponerse. Por modesto que fuese, mi artículo pretendía ser una antítesis.

El artículo fue solamente enviado a Fraternité Matin, el diario gubernamental en el que habitualmente publico artículos sobre la educación en derechos humanos.

No sólo no fue publicado, aunque era el mejor realizado de  todos los artículos que había publicado hasta ahora, sino que en su lugar publicaron un artículo que incita claramente a la homofobia y al odio, para provocar a los LGBT.

Cuando vemos lo que un medio de comunicación del Estado es capaz de publicar, ¿debemos sorprendernos que un Oficial Superior de la Armada Nacional planifique una operación especial contra los LGBT? ¿No debemos entender que el comportamiento de los policías del distrito 22 se inscribe en la lógica que el Fraternité Matin ha publicado?

Mi mayor preocupación es que los contratiempos de Alternativa Costa de Marfil sólo sean las premisas de una persecución a gran escala de los LGBT en Costa de Marfil. Temo que esta operación se extienda como una mancha de aceite y que se repita.  Es lo que puede ocurrir si no se castigan duramente a los instigadores, ejecutores y cómplices sean cuales fueren.

Pero, más que eso, ante todo, la tarea primordial que emprender, es la sensibilización y formación de la prensa marfileña sobre los derechos de los LGBT. Ojalá que se realicen proyectos en este sentido.

Jean Marc Yao, asesor en derechos humanos en Costa de Marfil, trabaja en Interaficana para la Promoción de la Salud y los Derechos Humanos (IPSDH). Miembro de la Liga Marfileña de los Derechos del Hombre (LIDHO) y asesor en derechos humanos con la Asociación de Matronas en Costa de Marfil y Alternativa Costa de Marfil.

(Traducción propia para ÁfricaLGBT gracias a nuestra voluntaria Gema Garrido González, puedes leer el idioma orginal en el enlace adjunto).

http://76crimes.com/2004/02/10/cote-divoire-lhypocrisie-et-la-violence-contre-les-lgbt/

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